jueves, enero 26, 2006

Protagonismo herido


El Gobierno se las prometía felices el pasado fin de semana cuando anunciaba el logro de un acuerdo entre Zapatero y CiU en torno a la reforma del Estatut catalán. La foto del presidente en la puerta de la Moncloa entrelazando las manos con Mas y Duràn Lleida parecía el inicio del fin de una larga etapa de negociaciones entre el Ejecutivo y las formaciones políticas catalanas. Tras una reunión que duró hasta altas horas de la madrugada, el texto estaba encarrilado. Pero, una vez más, le han aguado la fiesta a Zapatero.

Esta vez, quien se ha encargado de poner las cosas difíciles ha sido Esquerra Republicana. El líder independentista, Carod Rovira, y el representante de la formación en el Congreso, Puigcercós, rechazaron de pleno el resultado de las conversaciones entre Zapatero y Convergencia, tachando el pacto de “inaceptable”. No consienten que el concepto de nación catalana se destierre del articulado, yendo a parar al preámbulo, y consideran insuficiente un modelo de financiación que otorga a Cataluña la capacidad de recaudar el 50% de los impuestos. Y así se lo hicieron saber al presidente del Gobierno en su visita de ayer a la Moncloa.


Resulta paradójico que el partido que más ha insistido en la necesidad de sacar adelante el Estatut se convierta ahora en uno de los principales escollos para alcanzar un acuerdo. Pero, seamos serios, lo que en realidad Esquerra considera inaceptable no es el resultado de las conversaciones (que en realidad colma las aspiraciones de los catalanes), sino los compañeros elegidos por Zapatero para escenificar el principio de pacto. La pataleta de Carod y Puigcercós tiene un motivo claro: CiU les ha quitado su ansiada cuota de protagonismo.

En Esquerra no ha gustado nada que los convergentes aparezcan ahora como los principales promotores del Estatut. Que el partido de la oposición en la Generalitat haya encarrilado una negociación que no tenía rumbo hiere el orgullo de una formación que había hecho de este proyecto su principal objetivo. Pero no han dejado otra opción. Zapatero se ha visto obligado a cambiar de compañeros ante las desmedidas presiones a las que le sometía el partido de Carod.

La radicalidad de los republicanos se ha convertido en una rémora no sólo para la imagen del presidente, sino, ante todo, para la adecuación del Estatut a la Constitución. Por ello, Zapatero ha tenido que acudir a la moderación que, astutamente, le ha sabido ofrecer Convergencia i Unió. Jugada maestra de Mas, que de cara a Cataluña ha dejado en evidencia las contradicciones de Esquerra, mientras que de cara a España se ha erigido en un serio candidato a convertirse en socio de Gobierno.

A partir de ahora, por tanto, tendremos que estar atentos al acercamiento de Zapatero a Mas, para desgracia de Carod Rovira, a quien la falta de prudencia política le esta abocando a la segunda fila de la escena pública. Y es que la avaricia rompe el saco.

[Sigue leyendo...]

sábado, enero 21, 2006

Una rectificación forzada


El grupo municipal socialista en Alicante ha dado un golpe de timón a la estrategia mantenida en torno al plan Rabasa. Desde que el tema saltara al debate público, hace ahora un año, el PSOE alicantino se convirtió en uno de los máximos defensores del plan urbanístico, dando su apoyo casi incondicional al partido gobernante en la ciudad, el PP de Alperi. Ahora, de la noche a la mañana, el portavoz socialista municipal, Blas Bernal, anuncia que sus concejales votarán en contra del macroproyecto (15.000 viviendas que ocuparán un sexto de la superficie de Alicante).

¿Qué ha pasado para que Bernal olvidase el apoyo activo brindado a Rabasa durante todo un año? El propio edil explica su rectificación aludiendo a un aspecto puramente formal: el retraso del PP en la contestación a las alegaciones presentadas por el PSOE. Sin embargo, esta explicación suena a excusa forzada. Sobre todo, después de saber que la dirección regional del partido (PSPV) ha venido presionando a Bernal durante las últimas semanas para que se desvincule de la operación urbanística. El líder del PSPV, Joan Ignasi Pla, dejó las cosas bien claras a Bernal: o rectificaba o su puesto en el partido corría peligro. O Rabasa, o su cabeza.
El inexplicable cierre de filas de los socialistas alicantinos con el plan de Alperi y Ortiz no sentó nada bien en la cúpula del partido, que vio como las ambiciones de uno de sus hombres podían dar al traste con su estrategia crítica con el urbanismo desmedido avalado por el PP de la Comunidad. Y es que no es coherente criticar por un lado y comulgar por otro.

El PSPV tenía motivos para estar preocupado, ya que no sólo la cabeza de Bernal estaba en juego; ante todo, lo estaban las elecciones municipales de 2007. El electorado alicantino de izquierdas puso el grito en el cielo cuando asistió, atónito, al compadreo entre Bernal, Alperi y Ortiz. Las sospechas de corrupción política no se hicieron esperar. La opinión pública hizo suyos los rumores sobre maletines que pasaban de mano en mano, aumentos de sueldos a los concejales a cambio de apoyos en las votaciones, complicidad con los empresarios de la construcción,...

Fueran ciertas o no, estas sospechas han machacado la confianza de los alicantinos en sus políticos. Además, es oportuno recordar que detrás de los rumores había una certeza: el gobierno del PP y la oposición del PSOE se unían para favorecer los intereses del rey empresarial de Alicante, Enrique Ortiz I el Constructor. Sin duda, el mayor perjudicado por este clima de opinión ha sido el PSOE, que en las últimas elecciones se había presentado a sí mismo como el enemigo de la política urbanística salvaje desarrollada durante ocho años por el equipo de Alperi.

Parece que ahora, con la imposición de la autoridad de Pla, las aguas vuelven a su cauce. Ha tenido que venir el pastor para poner orden en el rebaño de los socialistas alicantinos, que no han tenido más remedio que acatar las directrices del partido si querían salvar el cuello. De esta forma, Bernal puede seguir aspirando, aunque ya bastante tocado, a ser candidato en las próximas municipales; o, en todo caso, a liderar la secretaría provincial del partido. Por lo menos, tras la pérdida de la confianza de su electorado, puede consolarse con el refranero español: "Rectificar es de sabios".

[Sigue leyendo...]

miércoles, enero 11, 2006

A golpes con la lengua


Comienzo esta reflexión planteando una pregunta que, últimamente, me viene a la cabeza cada mañana cuando leo la prensa: ¿por qué nuestros políticos se empeñan en enfrentar a los ciudadanos utilizando nuestras identidades culturales como arma arrojadiza?

Llevo varias semanas indignado con el dichoso Estatut, por la cerrazón de unos a los cambios y por las desmesuradas aspiraciones de los otros. Y, como siempre, en medio se encuentran los ciudadanos, que no entienden de qué va la cosa pero que apoyan ciegamente la postura que defiende su partido político o los argumentos que proclama la emisora que escuchan por las mañanas. Total, que con esto del Estatut estamos asistiendo a un espectáculo de manipulación nacional, al que todos estamos invitados y en el que parece que todos queremos participar.

Pensaba que después de la infinidad de debates sobre el tema estaba inmunizado, que ya nada me podía indignar. Pero estaba equivocado. Cuando parecía que ya nada me podía sorprender, aparece un nuevo motivo de conflicto entre castizos y catalanes: la lengua.

Y es que a la Generalitat se le ha ocurrido una idea para fomentar el uso del catalán. No es una idea sin más, sino que se trata de una idea nefasta. Según el nuevo ingenio, todas las personas que vivan en Cataluña tendrán el deber, la obligación, de aprender a hablar en la lengua de Pompeu Fabra y Eugeni d'Ors. Atención, no el derecho, sino la obligación.

El conocimiento del idioma del territorio donde se habita es esencial para la integración en esa sociedad. Pero las imposiciones nunca son positivas. Esta medida recuerda a aquellos años en los que los catalanes no podían utilizar su lengua en público porque las autoridades obligaban a hablar en castellano, con lo que sufrieron la amputación de una parte muy importante de su identidad cultural.

Quizá, los dirigentes catalanes actuales (los dirigentes, no los ciudadanos, que ya comienzan a aborrecer a sus políticos) buscan con esta medida una forma de venganza contra aquellos cuarenta años de censura. Pero es que no se puede reparar un daño mediante los mismos métodos que utilizaba el anterior verdugo.

Es un error que no conduce a ningún sitio, que sólo contribuye a acrecentar la espiral de odio y rencor entre los españoles. La lengua no se puede imponer. De hecho, con esta acción se consigue el efecto contrario al deseado: en lugar de interés se provoca rechazo. Y la lengua no tiene la culpa de los desvaríos de unos políticos con aires de grandeza.

Así que, pónganse a trabajar, señores dirigentes, y dejen de jugar con las emociones de los ciudadanos con la única intención de arrancar unos míseros votos.

[Sigue leyendo...]

sábado, enero 07, 2006

Y ahora, los militares


Poco después de que el Rey volviera a pedir a los españoles, esta vez durante la celebración de la Pascua Militar, un ejercicio de concordia y un esfuerzo por relajar la crispación, el teniente general José Mena Aguado, jefe de la Fuerza terrestre, pronunciaba en Sevilla un discurso que, además de contradecir las reclamaciones de su superior, recordaba a etapas ya superadas de la vida política española.

"Es nuestra obligación alertar de las graves consecuencias que podría conllevar la aprobación del Estatuto de Cataluña", advirtió el militar, y señaló el concepto de nación, la obligatoriedad del conocimiento de la lengua catalana y la autonomía del sistema judicial regional como "aspectos verdaderamente preocupantes" del texto catalán. Hasta ahí, las palabras de Mena Aguado entran dentro de lo aceptable. Se trata de una crítica a un texto estatutario que tiene sus errores y que, en muchos de sus puntos, se excede en sus pretensiones.

Pero a continuación, el teniente general se calienta y dice lo siguiente: "la Constitución marca una serie de límites infranqueables para cualquier Estatuto de Autonomía. [...] Si esos límites fuesen sobrepasados, sería de aplicación el articulo 8º de la Constitución: «Las Fuerzas Armadas [...] tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad y el ordenamiento constitucional»".

Mena Aguado no tiene ningún pudor al insinuar que, en caso de prosperar el Estatut, el Ejército se vería obligado a realizar una intervención militar. En un país con larga tradición de golpes de Estado, las palabras del jefe de Tierra no pueden pasar por alto. La historia de España ya ha tenido suficientes injerencias de los militares en la vida política, con intervenciones que impusieron reyes y derrocaron gobiernos durante el siglo XIX, y que provocaron guerras civiles y causaron el esperpento en el Congreso durante el XX.

Afortunadamente, el uso de la fuerza para conseguir objetivos políticos ya es algo impropio de este país. A estas alturas, las instituciones políticas españolas tienen otros resortes para guiar los asuntos espinosos (y el Estatut lo es) por la senda constitucional. Como reclama Juan Carlos I, el consenso debe ser la herramienta fundamental para seguir avanzando. No hace falta sacar los tanques a la calle...

[Sigue leyendo...]

lunes, enero 02, 2006

Yo sobreviví a la ley anti tabaco

El día 1 de enero trabajé (vaya gracia!!)... y no me fumé ningún cigarro (gracia doble!!).

El primer día de la prohibición de fumar en los puestos de trabajo pasó ayer sin pena ni gloria por las empresas, puesto que fue un día festivo y el común de los mortales se dedicó a dormir la resaca de Fin de Año,... sin embargo, unos pocos desafortunados tuvimos que acudir a nuestra mesa de trabajo: es lo que tiene pertenecer a un colectivo que debe estar alerta las 24 horas del día. Y, para recochineo, además de tener que trabajar en un día festivo, los fumadores no pudimos experimentar el placer de encendernos un cigarrillo frente a nuestro ordenador a la hora del café.

Pero, al fin y al cabo, la experiencia no fue tan traumática. Con un poco de voluntad (y alguna escapada a la fría calle) pude sobrevivir al primer día de la guerra contra el tabaco. En realidad, la experiencia de no fumar en el trabajo me sirvió para ser una persona más sociable: mis compañeros no fumadores me aceptaron en su grupo de cruzados, la puerta de la redacción se convirtió en un improvisado y novedoso lugar de reunión, y, sobre todo, he dejado de ser un delincuente. Me estoy rehabilitando.

Pero también he de reconocer que en algunos momentos fue difícil. Es duro quedarte atascado frente al ordenador y no poder buscar la inspiración en el humo del pitillo; mirar el cenicero vacío y tener que controlar las ganas de llenarlo de ceniza; dar un vistazo a tu alrededor y comprobar la tensión que se abate sobre la redacción sin humo; aparecer por la máquina del café sin poder abrir el paquete;... Menos mal que todavía no he tenido la tentación de convertirme en un 'yonki' y fumarme los cigarros a escondidas en el aseo. Aunque todo se andará...

Hoy, primer día laboral desde la entrada en vigor de la ley anti tabaco, es la prueba de fuego de la prohibición de fumar en el trabajo. ¿Se desatará la guerra entre los 'sin humo' y los 'delincuentes del pitillo'? Veremos a ver.

[Sigue leyendo...]