sábado, enero 13, 2007

13-E: Yo quería manifestarme contra ETA

El lema cambió, pero el PP no apareció por allí. Y los manifestantes no se lo perdonaron
Zapatero habrá dormido hoy tranquilo. La manifestación convocada para reivindicar la paz y reiterar el rechazo a ETA se convirtió en un clamor popular en apoyo al presidente del Gobierno y en un reproche a la derecha por boicotear la unidad contra el terrorismo. A pesar del fracaso del proceso para alcanzar el fin de la violencia, la izquierda ha vuelto a llenar las calles, después de tres años copados por las protestas de la derecha. "Zapatero, no estás solo" fue el lema más coreado por los manifestantes, compitiendo en protagonismo con "Contra el terrorismo, unidad" y "Dónde está, no se ve, al PP ni a la AVT". En fin, las pancartas dejaban claro cuál fue el motivo de la manifestación: por la paz, contra el terrorismo... (y además) con Zapatero, por la unidad.

PAZ. Una marea de pancartas blancas con la palabra PAZ llenó el Paseo Recoletos y la calle Alcalá de Madrid. La gente se entusiasmaba con los lemas contra el PP y a favor de Zapatero. Aunque también se escucharon condenas al terrorismo de ETA

La palabra PAZ fue inundando Colón hacia las seis de la tarde. Las pancartas que iban llegando anticipaban que ésta no iba a ser una manifestación sólo contra el terrorismo. Del mismo modo que las recurrentes concentraciones de la AVT tiraban sus dardos a la diana del Gobierno, la manifestación del 13-E fue un acto de indignación de la izquierda contra la derecha. Habría sido deseable escuchar más cánticos contra el terrorismo y no ser mirado como un bicho raro cuando soltabas un "No a ETA". Era el momento de recordarle a ETA que no vamos a permitir que se salgan con la suya, no de ahondar más todavía la brecha que no conduce a ninguna parte. Sólo conduce al panorama de división que están buscando constantemente desde el PP. Aún así, los etarras también se llevaron un rechazo unánime de los manifestantes; este fue el momento más emocionante:

"ETA, ESCUCHA, ASÍ ES COMO SE LUCHA"



Si algo quedó claro en la manifestación fue que Zapatero no está sólo. Más de 170.000 personas dieron su bendición al presidente para que gestione como crea necesario el periodo que se abre tras la ruptura de la tregua. Los decibelios subían notablemente cuando se escuchaba el siguiente lema:

"HAY MÁS GENTE, CON EL PRESIDENTE"



Gallardón y Esperanza Aguirre fueron los políticos más recordados en el recorrido. Su ausencia, igual que la del resto de sus compañeros populares, no se entendía. Su estrategia política de división y de ruptura de los consensos básicos de nuestra democracia despertaban la indignación de los asistentes. Realmente, el PP no tenía ningún motivo justificable para no acudir a la concentración, tal y como se ha hecho siempre.

Quizá, la derecha no quiso participar en previsión de que la manifestación se iba a convertir en un plebiscito a favor de la política antiterrorista desarrollada por Zapatero. Pero, ¿se pararon a pensar por un momento en que si hubieran estado presentes nadie habría podido criticar su actitud? El gran reproche al PP fue su falta de lealtad, sus ansias de boicotear todo lo que huela a posible victoria de los socialistas. ¿No habría sido más inteligente por su parte (y, sobre todo, más responsable) haber acudido para desactivar las críticas a su espíritu destructivo y aprovechar el fracaso del proceso en beneficio suyo?

El 13-E volvimos a darle a ETA otra imagen de una España dividida, de una sociedad débil que no está en disposición de exigir a los terroristas que terminen con su locura inútil. ¡Qué lastima!

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viernes, enero 12, 2007

Qué pena me da esta España

Zapatero y Rajoy, dos hombres tranquilos arrastrados por sus malos consejeros hacia un clima de crispación
Somos el país más ridículo del mundo. Somos un país de resentidos, de irresponsables, de animales cegados por la falta de razón. Siempre lo hemos sido y dudo mucho que dejemos de serlo. Pensar con la cabeza fría no es lo nuestro. Pensar en el interés general, ¿para qué? No, todo lo resolvemos a lo grande, magnificando y exagerando hasta salir a ostias, esa palabra tan española y que tanto nos caracteriza. Y, mientras, el enemigo real, el que nos mata y nos priva de libertad, el que nos extorsiona y se ríe de nosotros, se regocija de ver lo ridículos que somos. Se frotan las manos y se carcajean al ver cómo nos confundimos de adversario y aprovechamos cualquier contratiempo para hacer sangre política a costa de la estabilidad de este país. Eso es lo que quieren y eso es lo que les estamos dando. ¿Estáis contentos? Qué pena me da esta España.

La guerra de las pancartas me ha hecho explotar. Estoy harto de los dichosos lemas y de las dichosas manifestaciones y contramanifestaciones. Que sí acudo, que no acudo, que si tú vas yo no voy, si él va me lo pienso y a quien no venga le que le den. De seguir así acabarán obligándonos a tener un lema propio para participar en las protestas contra los asesinos etarras. “¿Cuál es el tuyo?” “¿Mi qué?” “Tu lema, hombre”. “¿Mi lema? No sé, yo vengo aquí para mostrar mi indignación con los terroristas” “Ah, pues eso sólo no vale, tienes que elegir entre paz, diálogo, vida, libertad, legalidad, fraternidad, armonía, dimisión, unidad, rosas blancas o rojas,... y luego, si quieres, contra el terrorismo". Repito, qué pena me da esta España.

Mañana iré a la manifestación de Madrid para gritarle a los terroristas que no les queremos, que sentimos repulsa hacia ellos y que las bombas no nos van a amedrentar. ¿Mi lema? Está claro. Contra el terrorismo. Y lo demás, ¿qué mas da? ¿Libertad? Pues claro. ¿Unidad? También. ¿Paz? Faltaba más. Corro el riesgo de que una parte de los españoles, esos que se contramanifestarán no muy tarde para pedir la dimisión de Zapatero, la verdad sobre el 11-M y el olvido de la memoria histórica, me tachen de mal ciudadano y de enemigo de las libertades. Aún así, iré. ¡Van a venir ellos a dar lecciones de ciudadanía! Libertad, ¿recordáis? Peor ciudadano es el que antepone su odio ideológico a la protesta contra el enemigo común. Esa es parte de la España que me da pena.

¿A qué estamos jugando? Me apena comprobar que los terroristas han conseguido su obejtivo: nos han separado. El terrorismo de estos degenerados antisistema busca desestabilizar al Estado al que considera su enemigo, y qué mejor forma de romper el equilibrio que sembrando la discordia en la sociedad. El caso es que esta vez se lo hemos puesto fácil. Una bomba y ya está, todos como locos errando el tiro. Estamos donde estamos gracias a los partidos de mierda (resumamos con el PSOE y el PP), los políticos irresponsables (con perlas de Rajoy y Zapatero), las organizaciones manipuladas o manipuladoras (léase sindicatos y la maestra AVT) y los periodistas sedientos de sangre (todos, todos, y más). Estamos en el odio insensato y la división programada.

El bucle de crispación al que asistimos ha llegado a límites que hace un par de años, dentro de nuestra ingenuidad, no esperábamos. Ni siquiera hay un acuerdo para manifestarse contra el terrorismo todos juntos. Lo que empezó como un juego de estrategia política ha dejado de tener gracia. Cuando se tocan los sentimientos de los ciudadanos con burdas manipulaciones y temores infundados se entra en la peligrosa dinámica del enfrentamiento visceral. Al final, todos tendrán que dar explicaciones. En su momento.

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martes, enero 02, 2007

Más claro, el agua

















Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior:

"El proceso está roto, está liquidado, está acabado, no hay proceso, porque ETA lo ha roto"
Como se suele decir en estos casos, se puede decir más alto, pero no más claro. La declaración de Zapatero en la que daba por "suspendidas" las negociaciones con ETA podía resultar ambigua. Así que el Partido Popular y la Asociación de Víctimas del Terrorismo no desaprovecharon la ocasión de seguir desgastando al Gobierno y pusieron en marcha su apisonadora para exigirle que aclarara el alcance de las palabras de Zapatero. Ya lo había dicho por activa y por pasiva, pero la presión ha obligado a Rubalcaba a salir a la palestra a expresar claramente lo que llevaba tres días diciendo: que después del atentado de Barajas no hay proceso que valga.

Desde la explosión en la Terminal 4, el Gobierno y el PSOE no han cesado de difundir su intención de dar por finiquitado el llamado proceso de paz, pero a la derecha no le parecía suficiente. De hecho, nada le parece suficiente. Ni la declaración de Zapatero suspendiendo las negociaciones, ni la postura del PSOE expresada por Pepiño Blanco ("No hay diálogo con violencia; y sin diálogo, no hay proceso"), ni las reiteraciones de éste diciendo a las claras que el proceso está "roto", ni las filtraciones del Gobierno al diario El País maquillando las declaraciones del presidente donde se reconocía la ruptura del proceso,...

Pero es que para el PP ni siquiera es suficiente la última comparecencia de Rubalcaba y ha vuelto a poner pegas. Ahora, en boca de su secretario de Libertades Públicas, Ignacio Astarloa, el PP quiere que sea Zapatero el que se ponga ante las cámaras para dar por rotas las negociaciones. En otras palabras, lo que el PP desea es que el presidente reconozca públicamente que su apuesta por el fin de la violencia ha fracasado, con la intención de que ponga de manifiesto su debilidad en el cargo.

Aquí todos juegan sus cartas con las elecciones municipales y autonómicas en la mente, no nos engañemos. El Gobierno no puede reconocer que ETA ha reventado para siempre su máxima baza electoral, y el PP no va a dejar escapar su oportunidad de desprestigiar a Zapatero. Mientras, los ciudadanos asisten perplejos, aunque acostumbrados, a un nuevo episodio de la guerra inmoral que se traen los dos partidos mayoritarios, con el PP atizando el fuego a costa de la estabilidad nacional y los problemas de Estado y el PSOE aprovechando de forma arrogante el tirón del caramelo que ETA le había puesto en la boca.

Esperemos que de todo este embrollo salga algo que merezca la pena, que esta traición asesina de los terroristas haya servido para que los partidos lleguen a un punto en común (vaya, que iluso me siento), ahora que el Gobierno ha decidido ceder algo de su orgullo para acercarse a las posiciones defendidas por el PP. Y es que la comparecencia de Rubalcaba también ha sido un intento por acercar posturas y, tal y como pedía el PP, el Gobierno propone fijar una estrategia común para luchar contra el terrorismo etarra. Lo nunca visto, el Gobierno dando su brazo a torcer ante las arremetidas de los 'populares' ¡Cómo ha cambiado el panorama, para bien o para mal! ¿Para bien o para mal?

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