sábado, julio 07, 2007

Los delincuentes lo tienen fácil

Es triste decirlo, pero gran parte de la culpa del aumento de la delincuencia en España es de la ineficacia de la Policía. España se ha convertido en un destino de privilegio para las bandas organizadas o los delincuentes comunes, que saben que robar es fácil en un país donde sus policías se dedican a calentar el asiento en las comisarías y a lamentarse por lo mal pagados que están y lo mucho que les hacen trabajar los ciudadanos. Robos en domicilios, atracos, violaciones, asesinatos,... no es que estemos en un país de locos, es que aquí la policía desatiende sus funciones. Si alguien cree que exagero, que lea mi experiencia. Os lo cuento.

El pasado jueves entraron a robar en mi casa. Sentí rabia, impotencia, inseguridad en mi propia vivienda... pero cuando acudí a pedir ayuda a la policía mis sentimientos se transformaron en indignación por el mal trato al que fuimos sometidos. Y lo peor es la sensación de que lo ocurrido se puede volver a repetir, que los sinvergüenzas que se colaron en mi casa van a volver a hacerlo uno de estos días porque nadie se lo va a impedir.

Cuando llegué a casa alguién había metido un palo en mi cerradura para que no pudiera acceder al interior. Aconsejado por mi compañero de piso, llamé a la policía. Era posible que nos hubieran robado y, es más, podía ser que el ladrón estuviera todavía dentro. Cuando llegaron los agentes, dijeron, visiblemente molestos por haberles sacado de la comisaría, que eso no tenía pinta de ser un robo, que sería una broma y que llamara al cerrajero. Seguí sus recomendaciones: llamé al cerrajero y, mientras llegaba, fui a comisaría para denunciar los daños de la cerradura.

Comisaría de Tetúan, plaza de La Remonta, Madrid. Llegamos ante el policía que iba a tramitar mi denuncia. Le contamos la situación y nos dice, entre risas: "¿Y venís a denunciar esto? Os podíais haber ahorrado un viaje y venir cuando abráis la puerta, porque os han robado seguro". Repito, entre risas. Y en ese momento yo me pregunto: "Si está tan claro que nos han robado, ¿por qué no ha comprobado el agente si el ladrón todavía estaba dentro de mi casa?". Ya no lo sabremos. Si estaba, escapó delante de sus narices.

Vuelvo a mi casa. Llega el cerrajero. Entro y, en efecto, las habitaciones parecen un campo de batalla. Volvemos a la comisaría y el agente, con aire impertinente, nos espeta: "Nos volvemos a ver, ya os lo dije, antes habéis venido para nada". Muy bien, señor policía, pero en este momento sus gracias sobran, ¿no se ha dado cuenta?. Nos toma los datos y nos comunica que no toquemos nada hasta que llegue la policía científica. Y aquí empieza lo grave. Esta es la conversación: - "¿A qué hora vienen?". - "Mañana por la mañana".- "¿Y no pueden venir cuanto antes (eran las 18.30h)?.- "Por las tardes no trabajan".- "¿La científica no trabaja por la tarde?".- "No, no trabaja". Nuestra cara de incomprensión fue notable. La policía científica, pagada por nuestros impuestos, se permite la licencia de no trabajar por la tarde, en una ciudad como Madrid donde los robos están a la orden del día. Pues nada, nos buscamos la vida porque no podemos dormir en nuestra casa.

Llega la mañana siguiente y nos despertamos pensando que la policía científica va a hacer todo lo posible por recabar pruebas que le lleven a los delincuentes. ¡Qué ilusos! Su gran trabajo de investigación se basó en buscar huellas. Cuando vieron que habían utilizado guantes dieron punto y final a su actuación. Y de ahí, a tomar unas cañas al bar. Ni una pregunta a los vecinos, ni una pregunta a nosotros, ni una comprobación para averiguar por dónde entraron,... nada de nada. Hay unos ladrones sueltos y ellos no se van a encargar de buscarlos. Los delincuentes lo saben y por eso roban. La policía española es el hazmerreir de los malhechores,... y los ciudadanos somos el hazmerreir de nuestra policía.

Pero no te quejes, que encima te tratan a patadas. Volvemos a ampliar la denuncia después de hacer el recuento de las pertenencias que nos habían quitado. Y el cachondeo policial llega ya a extremos insoportables. Nuestra denuncia tiene que esperar "por tiempo indeterminado" porque no hay personal suficiente y los que hay, dicen, "están hasta arriba". Nos piden que hagamos la denuncia por teléfono, llamando a un 902. Un 902, ni siquiera un número gratuito. ¿No pago ya suficientes impuestos? Al otro lado del teléfono nos atiende una chica que ni siquiera es policía, que no sabe hacer denuncias y que nos hace gastar cerca de 20 euros después de 30 minutos de conversación.

Tras dos días de tensión por el robo y de humillación por sentirnos ninguneados por los "servidores del ciudadano" estallamos en las dependencias policiales y les pedimos explicaciones por el trato dado. Por no haber comprobado si los ladrones estaban dentro de la vivienda, por haberse reido de la pérdida de nuestros escasos objetos de valor, por habernos mareado sin darnos un procedimiento de actuación claro, por no tener un horario completo de atención a los ciudadanos, por no investigar diligentemente los hechos para encontrar a los autores del robo, por no evitar que vuelvan a hacerlo, por tener que pagar para denunciar, por no tener a gente competente en sus filas... "Esto no es un buen servicio al ciudadano", les digo. Y para mi asombro uno de ellos, con la vena en el cuello, nos grita: "Fuera de la comisaría ahora mismo, no tengo por qué aguantar esto". En fin. Él no tiene que aguantar que les destapen su incompetencia, pero en cambio nosotros sí que tenemos que aguantar que no nos traten como es debido.

Finalmente, me siento para hacer la denuncia. Y a mitad del proceso, en la sala de denuncias, dos de esos "estresados" policías que estaban "hasta arriba de trabajo" se dedican a echar un pulso sobre una mesa de la comisaría, otra de ellos pierde 10 minutos en llamar a un amigo para quedar con él después del servicio, otro se pasea por la sala como si no tuviera ni oficio ni beneficio haciendo chistecitos con el resto,... Y mientras, yo, robado, ultrajado, humillado, ninguneado e ignorado seguiré leyendo en los periódicos, día tras día, que este país llega a niveles alarmantes de delincuencia. Ahí tienen la explicación. Que alguien haga algo, por favor.

4 comentarios:

A viva voz dijo...

Me parece muy fuerte. Yo, en Alicante he vivido situaciones parecidas de incompetencia policial. Pero, que no se aseguren de si los ladrones estaban en la vivienda...me parece muy fuerte!!.
Gracias a Dios tenemos libertad para contar nuestros casos y denunciarlos. Sigue así!!
Saludos.
Maríah

Anónimo dijo...

En fin... bueno el trato que te han dado es horrible, sin duda, y te doy la razón, pero aunque parezca un miserable abogado del diablo, en la policía hay buenos profesionales tambien.

En fin, un abrazo, y espero que las cosas te vayan mejor.

PD: Por cierto, cuanto tiempo sin postear eh? jeje Saludos.

Mario Toledo dijo...

Maríah, la verdad es que sí, esto es lo único que nos queda, y aunque les moleste, no podrán evitar que denunciemos este tipo de negligencias y abusos.

Miguel, por supuesto que existen buenos profesionales, y yo conozco a alguno de ellos que espero que no se den por aludidos. Pero las malas prácticas están ahí y es necesario que se hable de ellas, para que los malos policías sientan vergüenza por desprestigiar una profesión tan necesaria para nuestra seguridad y para que haya un mayor control del trabajo de estos funcionarios.
Y sí, lo siento, me he despreocupado del blog... pero una serie de circunstancias me habían hecho perder la motivación... una motivación que ahora ya estoy recuperando. En Voz Alta volverá a ser como antes ;-)

Un saludo.

Francisca dijo...

A mi hijo lo atracaron el jueves a las 11 de la noche en Las Musas, vino la policia y mientras esperabamos la llegada del Samur (lle rompieron la nariz a golpes) mi marido se fué a dar una vuelta a a ver si veía a los indeseables que le pegaron. Los localizó en una coche una calle más arriba y llamo a la Policia que estaba a mi lado. Dijerón ahora vamos y NO FUERON. Cuando fuimos a poner la denuncia a la Comisaría de San Blás (sábado a las 14,45 horas).Nos tratarón fatal, nos faltaron el respeto y la misma historia: Llamar al 902 porque los que llaman tienen preferencia para entrar. Nos dejarón los últimos porque por teléfono nos nos podian tomar nota por la agresión. Después de ver la actuación de la Policia de guardia no me extraña que nos atraquen y que si quieren la Policia, encima nos agreda.¡¡ Vaya Pais el nuestro¿¿¿Que se pueden hacer?