Mamá, quiero ser periodista digital

Cuando me preguntaban de pequeño que qué quería ser de mayor respondía que astronauta. Unos decían que bombero, otros que policía,… pero yo, como otros tantos, quería viajar a la Luna. Pero pasada la época de inocencia, las estrellas perdieron interés y comencé a poner los pies sobre el mundo en el que me iba a desenvolver. Y me definí por algo más terrenal: “Mamá, quiero ser periodista”.

La vocación surgió de la nada, o se fue gestando. Eso no lo sé. Tengo recuerdos vagos de cuando era pequeño... esperaba ansioso que mi padre trajera el periódico todos los domingos,... me interesaba la actualidad,... quería leer y conocer mi mundo,... cuando cualquier cosa llamaba mi atención tenía que escribirlo porque pensaba que con los años sería bonito recordarlo,... disfruté cuando era nano y tuve que elaborar un periódico para la asignatura de Religión …(sin que sirva de precedente, gracias a Dios)… y la curiosidad nunca se desvaneció. Así que pronto lo tuve claro: “Periodismo, eso es”. Y así ha sido.



Ahora que estamos a punto de dar la primera vuelta al circuito, llega el momento de volver a plantearnos la larga carrera de la vida. Y las circunstancias me han llevado a escoger una nueva meta. De nuevo, no sé como ha sido, pero el mundo ha confabulado para que, hace cerca de un año, me decidiera: “Mamá, quiero ser periodista digital”. Lo primero que hago por las mañanas es encender el ordenador, soy un friki de la información a través de internet, tengo que consumir a todas horas una dosis de actualidad, el blog que creé como un pasatiempo ha pasado a ser una satisfacción personal diaria,… ver como crece, añadirle cosas, contactar con gente que tiene las mismas inquietudes,... sí, todo periodista es un poco vanidoso...

… y, además de todo esto, miro hacia el futuro y veo en el periodismo digital un campo virgen donde explorar, un suelo que nadie antes había pisado, con enormes posibilidades abiertas y un soplo de aire fresco en la corrompida profesión que ciegamente descubrí hace muchos años. Con algún que otro proyecto en la mente, mi camino se abre hacia el mundo virtual. Primero a la aventura madrileña, y luego, a mover el engranaje (¿verdad, brother?). La ilusión es lo que nos hace seguir. Y eso nunca va a faltar. Así que, cuando llegue al final de la próxima vuelta, ya os contaré qué tal ha ido.