miércoles, mayo 03, 2006

Contra la explotación, ¿proteccionismo?


David contra Goliat. La decisión de Bolivia de nacionalizar los hidrocarburos que se producen en su territorio refleja la clásica pelea del pequeño contra el grande. Las simplificaciones son odiosas, pero, para entendernos, es un ejemplo más de cómo el oprimido decide lanzar un órdago al explotador para salir de la cueva en la que le han introducido sin contemplaciones. En este caso, un país en vías de desarrollo, de la siempre maltratada Latinoamérica, se enfrenta a las multinacionales del petróleo, esas que tanto poder acumulan en un mundo dependiente del oro negro.

Con premeditación, y por sorpresa, el presidente Evo Morales ha querido acabar con su condición de explotado en una relación que se caracterizaba por la desigualdad de fuerzas. El país andino ocupa el puesto número 102 en el reparto de la riqueza en el mundo, con un PIB de 26.872 millones de dólares, una cifra muy alejada de los 1.145.078 millones de dólares de la economía española, que se sitúa en la duodécima posición. La empresa petrolera con más volumen de negocio en Bolivia, la compañía hispano-argentina Repsol YPF, tuvo, al cierre de 2005, unas ganancias netas de 3.679 millones de dólares. La otra gran multinacional que opera en el país, la brasileña Petrobras, obtuvo un beneficio neto de 6.554 millones de dólares tras el balance de 2004 (últimos datos disponibles en su web).

Si juntamos las ganancias anuales de estas dos compañías, y las comparamos con el PIB boliviano, observamos que las dos petroleras obtienen algo más de un 38% del total de la riqueza que acumula Bolivia en un año. En el caso de la brasileña, su elevado volumen de negocio se debe a la existencia de grandes reservas de petróleo en el territorio de Brasil, además de las producciones que tiene en otros países sudamericanos. Mientras, la española se ve obligada a explotar yacimientos exteriores, como los bolivianos en este caso, debido a la carencia de oro negro en el subsuelo español. Así pues, la mayor parte de los beneficios de Repsol YPF proviene de la apropiación del petróleo que extrae en otros países del mundo, casi siempre de las zonas más desfavorecidas. Y Evo Morales ha pensado que el llamado Primer Mundo ya se ha enriquecido de sobra con el petróleo boliviano y que era hora de que los beneficios de sus recursos naturales pasaran a ser suyos, no de los demás.

La visión de Forges sobre el asunto... como siempre, genial La nacionalización de los hidrocarburos bolivianos se sumerge de lleno en el debate sobre las injusticias de la globalización y las desigualdades entre dos mundos cada vez más separados. El pez grande siempre se ha comido el chico, pero ahora éste se rebela y reclama lo que piensa que le pertenece. Bolivia abre una vía, siguiendo los pasos de su ‘compadre’ Chávez, para que otros países introduzcan medidas proteccionistas en su economía, con el fin de salir del estado de pobreza en que están inmersos. Y una pregunta se cierne sobre todo este asunto: ¿es lícito explotar a los países pobres, negándoles su desarrollo, en nombre del libre comercio y el capitalismo sin regulación? Pero, por otra parte, ¿es justo que el Estado de Bolivia se aproveche de las infraestructuras construidas con el dinero de empresas privadas para sacar tajada del petróleo? Os dejo a vosotros la respuesta a este dilema: ¿desregulación o proteccionismo?

2 comentarios:

Jose M. Sánchez "Daze" dijo...

Pero es que, claro que las compañías petrolíferas están cabreadas; se han pasado décadas enteras explotando unos recursos que no les ha concedido la naturaleza. Tu piénsalo así: imagínate que viene una persona a tu casa para explotarte y encima llevarse las cosas que tienes. Pues chico, un equilibrio, no?Y encima la nacionalización hará que se invierta en su país y se intente sacar de la difícil situación que viven. En fin...

Unknown dijo...

Hoy las empresas hasta quieren indemnización! hábrase visto! La verdad hay que esperar... Bolivia tiene una historia triste, le robaron su salida al mar, comercialmente siempre ha tenido problemas... es bueno verla empoderándose.