viernes, mayo 19, 2006

El paraíso de los privilegiados

Una puesta de sol en el Caribe,... el cielo, el mar, los cocoteros,... debemos proteger nuestros paraisos para que nuestros descendientes puedan seguir disfrutando de las bellezas de este planeta. En esas aguas pasé el mejor momento del viaje: ron, el amanecer, bailando, cantando y riendo con mi inseparable hermano Nando, la alegría del grupo Vicky, y la revelación Silvia. Para el recuerdo.
Después de pasar el jet-lag y de descansar tras nueve días sin tregua se puede decir que he vuelto a la realidad. La rutina volverá a despertarme cada día, seré de nuevo esclavo del reloj y las responsabilidades comenzarán otra vez a masacrar mis nervios. Es el gran inconveniente de ser occidental, de pertenecer a una civilización que antepone el éxito y el sacrificio a los pequeños detalles de la vida, aquellos que en realidad nos hacen felices.

La selva que rodea Higüey, en el extremo oriental de la Hispaniola está repleta de casas de madera y chapa... su precariedad hace que sus habitantes sean los primeros en sufrir las consecuencias de las lluvias tropicalesAntes de llegar a la República Dominicana imaginaba aquellas tierras caribeñas como un país empobrecido en el que sus gentes eran arrastradas hacia la miseria. Me aconsejaban no salir del hotel: “Aquello seguro que da mucha pena”, “te van a robar porque pasan mucha hambre”. Pero poco tiempo después de poner los pies en su suelo, rodeado de cocoteros, selva y mar, observé que esos prejuicios no eran del todo ciertos. Sí, los dominicanos son gente pobre, no tienen nuestros lujos y no se pueden permitir los caprichos de los que disfrutamos los occidentales. Pero eso no les impide ser felices. De hecho, su falta de lujos innecesarios les convierte en unos privilegiados. No tienen aspiraciones elevadas en la vida, su única meta es vivir.

Algo tan sencillo como unos bolis y unos paquetes de pañuelos bastaron para que estos niños nos regalaran su sonrisa. Impagable. Ellos se fueron felices y Carmen, Omar y yo nos sentimos contagiados por ellos. Sobre todo Carmen, tan sentimental ella...Su expresión les delata. Su manera de sonreír contrasta con su precaria situación económica. Bailan, ríen, te brindan su hospitalidad a cambio de un simple regalo, y bailan y ríen, y no paran de sonreír, te tratan como a un amigo desde el momento en el que le das algo de cariño, y mientras, siguen bailando. Y te contagian su entusiasmo. Es imposible salir de allí sin una sonrisa en la boca, la misma con la que te obsequian los niños al saludarte desde sus casas de chapa y madera, los jóvenes al mirarte mientras siguen apoyados en un muro y los mayores que se agrupan en sillas de plástico para conversar.

La imagen más habitual de las calles de la República Dominicana: grupos de dominicanos 'departiendo' en todos los rincones, con parsimonia, sosiego y buen humor. Eso sí, tampoco faltaban sus motocicletas, que convertían el tráfico por sus pobres carreteras en un auténtico caos. 'Aquí no hay reglas, brother', nos dijo un taxista a María, Jose, Juan y yoLa falta de trabajo es lo primero que llama la atención al pisar suelo dominicano. Da la impresión de que allí nadie tiene una ocupación, de que las horas pasan sin que el estrés ataque a los nervios de la gente. Su estilo de vida y el nuestro está separado por un abismo. El famoso “me estás estresando” no es un mito, es una realidad, es una forma de encarar la existencia que les otorga la felicidad, aunque en ocasiones llegue a ser desesperante para nuestra mentalidad occidental. Es contagioso: en cuanto les escuchas decirte “no hay prisa, disfruta de la vida” comprendes que Occidente ha seguido el camino equivocado y que nuestra visión de la situación en los países subdesarrollados merece una revisión.

Inolvidable jornada de ruta por las plantaciones de cacao y café, con mi 'brother' a bordo de un quad, adentrándonos en la profunda República Dominicana, conociendo a sus gentes y admirando paisajes únicos. Al final hubo algún percance,... menos mal que todo se quedó en un sustoEl dinero no da la felicidad. Exacto. De hecho, nuestro afán por el dinero nos quita el gozo de esos momentos pequeños. ¿Por qué el nivel de vida se mide en función de la riqueza económica? ¿Por qué ansiamos la superación profesional y dejamos de lado la personal? ¿Acaso nuestros dólares y euros nos hacen sonreír? ¿Y nuestros ordenadores, ropa de marca y potentes coches? Mientras, ellos subsisten con sus plantaciones o sus comercios para turistas, un modo de vida que les permite ganar algo de tiempo libre para compartir su existencia con sus “compadres”, “sus negras” y “sus machos”. Una vida social que ya quisiéramos tener en nuestras ajetreadas latitudes.

Es muy fácil decir todo esto en mi “privilegiada” situación. Puede sonar hipócrita, pero si volviera a nacer cambiaría mis lujos de occidental por poder sonreír de aquella manera en que me sonrieron a mí. Ahora ya es demasiado tarde, la vorágine del mundo desarrollado, capitalista e individualista, nos ha engullido. Mi mentalidad ‘primermundista’ no me permitiría ser feliz en un mundo donde impera la tranquilidad y el sosiego; donde el trabajo no es lo más importante. Es difícil de entender que alguien pueda ser feliz con lo mínimo. Pero no es una utopía. Hay un lugar en el mundo donde se vive así. ¿Quién es ahora el privilegiado?

Esta foto es un sueño hecho realidad. Grandes amigos en un gran lugar: la combinación perfecta. Juan, Omar, Carlos, Nando, María, Tanya, Carmen,... y el resto estaba por ahí, con la boca abierta por las maravillas de isla Saona. Gracias a todos por ser tan grandes

ACTUALIZACIÓN (28-05-2006; 20:50):

Una persona que conoce la realidad de la República Dominicana desde hace nueve años me comenta que no todo en aquel país es tan idílico, y ofrece datos que nos mueven a seguir reflexionando sobre los 'pros' y los 'contras' de dos estilos de vida muy diferentes:

"Si tienes en cuenta que el sueldo mínimo interprofesional de un dominicano es de RD$ 3000 mensuales (cambio ahora con el € 41 X 1) te sale que no ganan al mes ni 75 €, el caótico transporte de Sto Domingo te puede salir a casi 100 pesos diarios para ir al trabajo, o a la Universidad. Las familias suelen ser numerosas o más bien numerosísimas. Los que pagan la luz, la pagan a precio de oro a pesar de los apagones y a muchísimos barrios no llega todos los días el agua corriente (que por cierto no se puede beber y hay que comprar agua en bidones de 15 galones). No tienen Seguridad Social y si vas a una clínica, primero te piden la tarjeta de crédito antes de curarte, si no tienes dinero... te mueres (no sería el primer caso). De los hopitales públicos ni te hablo, si te tienen que escayolar te tienes que ir a la farmacia a comprar las tiras de escayola. Y otra cosa, de esos niños sonrientes, si los llevas a pasar un exámen médico, el 99% te dirán que están desnutridos, el 3% con IVH y el resto tendrán parásitos intestinales. En Dominicana hay como 2 millones y medio de jóvenes, y 1 de cada cuatro mujeres entre los 15 y 19 años está embarazada".

21 comentarios:

Jose M. Sánchez "Daze" dijo...

Como siempre, genial, Mario. En esta ocasión te doy un 10.De veras. Has ofrecido un texto muy humano y enriquecedor. Yo me he ido más por la situación social y tú por las cualidades humanas. Creo que me gusta mucho más ésta última perspetiva pero ya me conoces y soy un poco "caótico" en todo, jajajaa. Aún así, me alegro dehaber pasado estos días juntos disfrutando de uno de los mejores viajes de mi vida, por no decir el mejor. He aprendido a la par que he disfrutado. Ése sí ha sido un buen cóctel. Espero algún día poder volver. Saludos desde el trabajo.

Anónimo dijo...

Siempre es bueno volver a la aldea, oir crujir las ojas secas debajo de tus pies en un camino del bosque, oler a estiércol, sentarse en la hierba y solo escuchar las hojas y ramas de los arboles mecerse con el viento.

La última vez que estuve en Madrid la gente iba muy rápido a todas partes, y con cara de enfadados, parece que les dolía algo. Pasa en muchas ciudades, pero sobre todo en las más grandes.

Voy a escribir algo al respecto en mi Blog en cuanto pueda, porque me parece muy interesante y lo he pensado muchas veces....

PD:

En cuanto puedas cuelga fotos de tu viaje!! :D

P.C. dijo...

Ey Mario me ha encantado el texto, en serio, con tus palabras consigues explicar todo aquello que intenté recoger con mi cámara o que al menos me hubiera gustado recoger. Tengo la misma sensación que tú, el sentido de felicidad para nosotros no tiene nada que ver al significado que ellos reciben y la vida allí se vive al cien por cien. No me importaría nada pasar una larga temporada por aquellas tierras.

Respecto al viaje del año que viene... estoy contigo, creo que no debemos desprendernos de la cercanía que tenemos ahora unos con otros, sería una lastima después de cinco años, por eso propongo hacer algo similar... un viaje o una quedada en unos meses.
Ójala se haga realidad...

Saludos

Mario Toledo dijo...

Jaume, no dudes que así será. Este buen rollo ya es para siempre. ¿Qué tal un interrail?
Un saludo.

Tanya dijo...

Me quedo con todo el texto pero en especial cuando hablas de la sonrisa de los niños y la amabilidad de la gente adulta. Era increíble cuando íbamos por la calle y todos salían a saludarnos o a curiosear. Se podría decir que la ignorancia lleva a la felicidad, el desconocer el estrés, las tensiones, los agobios... para ellos todo eso es desconocido y la verdad que ya sólo por esta razón son unos privilegiados.Afrontan la vida con un optimismo y una tranquilidad que sorprende y choca con la vida que llevamos los occidentales.

Kai dijo...

Olá, Mário
Belo o seu texto. Aqui já foi assim, mas agora a corrupção, o desemprego e a guerra entre a polícia os narcotraficantes, estão acabando com o nosso paraíso. Muitos daqui estão indo para Portugal e Espanha.

Abraço da Ilha de Santa Catarina, Sul do Brasil.

Anónimo dijo...

Que pasada! ke envidia :P jajaja

Hasta con un quad por ahi!, amos, que os lo pasasteis pipa.

Rut(h) dijo...

Por lo que puedo leer, tengo la impresión de que este viaje te ha enseñado mucho. Me alegro y por otra parte te envidio (muy sanamente, eso sí). Espero algún día poder hacer un viaje como el tuyo, en el que descubrir y aprender que la felicidad está en las pequeñas cosas.

Muchísimos saludos!

Anónimo dijo...

En fin Mario todavía no quería escribir ningún comentario porque sólo pensar lo bien que lo he pasado con vosotros me causa demasiada melancolía. Como tú ya bien sabes e indicas en el comentario de la foto soy una sentimental.
Ahora bien, el viaje me ha sentado de puta madre sobre todo por lo que explicas en el texto. Yo era una agobia, lo sabes. El trabajo, las noticias, que todo esté bien, en ocasiones me sobrepasa. Por este motivo, la cultura que se respira en Punta Cana me ha cambiado. Ahora ya puedo ser más feliz y vivir sin extrés. También nos llevamos demasiadas cosas buenas como para poder olvidarlas. Gracias por todo, a ti y todos los de siempre, además de a otras personas nuevas con las que hemos pasado también momentos especiales. Parece increíble, algunos no nos hacíamos ni puto caso en el CEU y luego ha resultado que son personas geniales. Bueno no digo nombres que luego todo se saben pero nosotros ya sabemos quiénes son. Volveremos a Punta Cana

Pablo Esquivel Paredes dijo...

Me han gustado mucho tus apreciaciones. Porque, efectivamente, nos lo hemos pasado tan bien por las circunstancias que nos hemos encontrado en Punta Cana. Espero que sigamos descubriendo juntos otras culturas. Un abrazo.

P.C. dijo...

Uhmmm un interrail... la verdad que siempre me ha causado curiosidad hacer uno... el problema que le veo es que ese tipo de viajes en el que tenemos que decir muchas cosas en el momento suele traer conflictos y más si es un grupo grande, todo es ponerse y planificarlo desde un principio...

Por cierto, en mi blog podéis ver un inicio de lo que será y es el vídeo de nuestra aventura a Punta Cana...

Saludos...

Nuria Cutillas Mateo dijo...

Un texto genial. Nunca tan pocas líneas habían expresado tanto. Además tienes toda la razón. Los occidentales sacamos la barriga de que lo tenemos todo pero quizás a muchos les falte la felicidad.Un saludo

Anónimo dijo...

Ese es mi Mariete!! Me encanta tu texto. Creo que en RD siguen la filosofía de vida que alguien intentó hacerme entender una vez.Estoy segura de que es la mejor forma de entender la vida.
Decía: "Viu i Sonriu"
Si hacemos un esfuerzo todos podemos conseguirlo. Besote.

JC dijo...

ay, me recuerdas esos tiempos de sueños...no los pierdas. como comúnmente se dice, la vida es un tren al que hay que saber coger a tiempo. mantén buenos amigos. sólo leí el profile. eres joven y fuerte, puedes de sobra...y no te agobies por 'a corrupçao...' y esas coas. bien lo sabes: sólo al viajar 'te pondrás prueba'...
pasaba por aquí....

Anónimo dijo...

En Punta Cana viven un poco bien por el turismo, pero te recomendaría que en tu próximo viaje a Dominicana te dieras una vueltecita por algunos barrios marginales de la capital. No es todo tan idílico como tu lo pintas, los que vais de turismo no veis la verdadera realidad de unas gentes que lo están pasando mal por falta de "todo". Tu te has fijado en las sonrisas y en la afabilidad de sus gentes, tienes razón en eso, te llegan y te enamoran. Ve a la ciudad y da una vuelta por los bateyes donde unos niños con la piel más negra que te puedas imaginar, te mirarán con los ojos más tristes del mundo. Pasa unos días en la ciudad o en el campo y estarás sin luz una media de 15 horas al día, pásate por barrios de Sto Domingo como las Cañitas, Herrera, Guarícano o Guachupita y se te pasará esa morriña idílica que traen casi todos los turistas. En Dominicana, hay hambre, sufrimiento, desesperanza y muchas cosas más que te podría contar.
En una cosa tienes razón, quien va allá se enamora sobre todo de sus gentes, y te engancha... aquello engancha.
Un saludo

Anónimo dijo...

Por cierto Mario, te debías de pasar de vez en cuando por estas dos direcciones para que sepas algo más de Dominicana.
http://www.elnacional.com.do/app/frontpage.aspx
http://www.hoy.com.do/app/frontpage.aspx

Otro saludo.

Mario Toledo dijo...

"Anónimo", no hablo de Punta Cana ni de los alrededores de los complejos hoteleros; hablo de la zona de interior, de las personas que viven en chozas en la selva y de la corta experiencia que tuve con ellos. Está claro que en la República Dominicana hay lugares donde pasan hambre, y existen barrios marginales,... pero, ¿acaso no hay también barrios marginales y gente que pasa hambre en los países occidentales?
En mi post hablo de una filosofía de vida muy diferente a la nuestra, una vida en la que es más fácil encontrar la felicidad porque se necesita menos para serlo. Creo que es un error observar a esos países con una perspectiva occidental, según el cual la riqueza es lo más importante.
Un saludo, y gracias por traer algo de polémica a este blog. ;-)

Anónimo dijo...

Si tienes en cuenta que el sueldo mínimo interprofesional de un dominicano es de RD$ 3000 mensuales (cambio ahora con el € 41 X 1) te sale que no ganan al mes ni 75 €, el caótico transporte de Sto Domingo te puede salir a casi 100 pesos diarios para ir al trabajo, o a la Universidad. Las familias suelen ser numerosas o más bien numerosísimas. Los que pagan la luz, la pagan a precio de oro a pesar de los apagones y a muchísimos barrios no llega todos los días el agua corriente (que por cierto no se puede beber y hay que comprar agua en bidones de 15 galones). No tienen Seguridad Social y si vas a una clínica, primero te piden la tarjeta de crédito antes de curarte, si no tienes dinero... te mueres (no sería el primer caso). De los hopitales públicos ni te hablo, si te tienen que escayolar te tienes que ir a la farmacia a comprar las tiras de escayola. Y otra cosa, de esos niños sonrientes, si los llevas a pasar un exámen médico, el 99% te dirán que están desnutridos, el 3% con IVH y el resto tendrán parásitos intestinales. En Dominicana hay como 2 millones y medio de jóvenes, y 1 de cada cuatro mujeres entre los 15 y 19 años está embarazada.
Pienso que serás un buen periodista, pero esta vez te has quedado solo con lo de españolito guay que va de vacaciones. Hay que indagar en las realidades de los llamados paises del tercer mundo y sobre todo hay que hacer periodismo de Denuncia para ayudarlos, no dar caramelos a los niños a cambio de una sonrisa.
Saludos

Anónimo dijo...

Mira Mario, todo lo que dices de la filosofía de vida está muy bien, pero hay que mirar el por qué viven así; no tienen futuro y solo esperan, dejan pasar el tiempo.
Estoy de acuerdo de que tienen unos valores que nosotros hemos perdido, pero te aseguro que si te fueras allá a vivir no pensarías igual.No te creas que son tan felices, si indagas verás que también hay muchos muertos en el Canal de la Mona que intentan pasar en yolas a Puerto Rico y se ahogan en el intento, si fueran felices no arriesgarían su vida por salir del país. Si tu vas a Canarias verás también una filosofía de vida en plan tranquilo, pero con otro caríz; eso lo hace el clima. Y te voy a decir una cosa, no tienen ni punto de comparación los barrios marginales de allá con los de acá.
En Sto Domingo hay censados 3 millones y pico de habitantes y casi medio millón sin censar, vamos... que no existen porque no están inscritos, de todos estos habitantes más de dos millones viven en barrios marginales, así que como podrás ver no son los barrios marginales de nuestras ciudades.
La filosofía de vida, si, muy bonita pero con dinero para comer todos los días.
Y que conste que no quiero crear polémica, solo te cuento lo que he vivido en 9 años.
Un saludo

Sergio M. Mahugo dijo...

Ojalá todos los posts que escribimos encontraran el mismo feedback que este y nos aportaran tanta 'chicha', ¿no crees?

Internet es un lujo que no podemos desaprovechar... aunque creo a ti no tengo que convencerte de nada...

Un saludo Mario y enhorabuena por todo el blog. De verdad que creo es el mejor curriculum que puedes llevar a una empresa.

Sergio M. Mahugo dijo...

Olvidé... este post es una prueba de que "siempre tus lectores sabrán más que tú". Y eso no tiene porqué ser malo...