(Viene de abajo)
El último episodio de esta supuesta conspiración desvelada por El Mundo nos llegó hace unos días. Y tal como vino, se fue. El diario abrió durante tres días con la historia de que la mochila de Vallecas, que sirvió para seguir la pista islamista, no había sido identificada por uno de los policías que participó en el dispositivo de seguridad del 11-M. Se anticipaba que era la exclusiva del año, comparándolo al escándalo del GAL: la gestión policial de los atentados estaba envuelta en la duda, las pruebas que habían conducido a la detención de los islamistas podrían haber sido falsificadas, la investigación posterior era fraudulenta y los jueces habrían actuado de forma negligente.
En definitiva, lo que se insinuaba a través de las páginas de El Mundo y las ondas de la COPE era que la autoría del 11-M por parte del terrorismo islamista había sido un montaje. Y, siguiendo este razonamiento perverso, los directores de orquesta de esta conspiración habrían sido, nada más y nada menos, que las fuerzas de seguridad, los jueces y los partidos de izquierdas. El Estado en sí era sospechoso de haber desviado la investigación para que se llegara a la conclusión de que los asesinos procedían del terrorismo internacional, con la intención de derribar al Gobierno del PP en las elecciones del 14-M. Y como telón de fondo, se insistía en que quedaban puntos oscuros que el PSOE no quería aclarar.
Días después, ya no se habla de la mochila de Vallecas. La teoría que había difundido Pedro J., autoproclamado como el único defensor de la verdad en este país, no ha tardado mucho en ser desmontada. La policía desmintió las acusaciones firmadas por García Abadillo, y el juez Del Olmo desclasificó varios datos del sumario que echaron tierra sobre la teoría de la conspiración. Incluso Mariano Rajoy tuvo que recular después de realizar unas desafortunadas declaraciones al mismo diario conspiranoico: "Si esto se confirma podría anular el sumario", dijo el líder de la oposición, desautorizando a la Justicia española.
La teoría del montaje policial tiene 'subteorías' que campan por los foros de Internet, demostrando que la imaginación humana no tiene límites. Hasta se dice que Zapatero está aliado con los terroristas para desguazar España, que el 11-M fue el primer paso de los socialistas en su estrategia de dividir el país. Ante esta cantidad de barbaridades y sinsentidos, sólo queda apelar a la prudencia o, más bien, a la inteligencia.
Se pide más investigación, pero se silencia que los jueces llevan dos años inmersos en las pesquisas. Se hace política, y de la carroñera, con un tema tan delicado como los atentados de Madrid. Dos años después, se vuelve a mentir para intentar ocultar la mentira de los tres días de marzo. Visto lo visto, tendremos que esperar sentados para ver con qué nos sorprenderán en breve, alertas para evitar una nueva intoxicación.
sábado, marzo 18, 2006
'Conspiranoia': ¿Qué será lo próximo? (y III)
Publicado por Mario Toledo en 20:11
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