lunes, junio 05, 2006

¿Y con quién iban a hablar si no?

Después de unos meses de relativa calma, el ciudadano vuelve a encontrarse, para su desgracia, con nuevas dosis de fuego cruzado entre los principales partidos de nuestra escena política. Las buenas maneras que parecían haberse instalado en el debate sobre ETA han desaparecido: nuestros dirigentes han vuelto a destapar la caja de los truenos para echarse mutuamente las culpas de haber roto el consenso sobre el proceso de paz. Parecía que se había llegado a un principio de acuerdo para que el Gobierno intentara encontrar una solución al conflicto; la sociedad, aunque con ciertas reservas, daba su consentimiento a que el Ejecutivo de Zapatero entablara una negociación con representantes de la banda terrorista o de su entorno. Pero todo esto ha saltado por los aires.

De pronto, la línea dura del PP reaparece con más fuerza todavía, negando su apoyo al Gobierno en el camino que había emprendido. Acebes vuelve a convertirse en portavoz virtual del partido, y con él aparecen de nuevo las acusaciones de rendición ante los terroristas, cesión al chantaje y deslealtad a España. El discurso de siempre, pero con altavoces. El descomunal enfado de la derecha viene después de una sentencia de Grande-Marlaska, en la que salva de la cárcel a líderes de la izquierda abertzale, y del anuncio de Patxi López, que adelantó un encuentro entre los socialistas vascos y la ilegalizada Batasuna. Para el PP estos dos acontecimientos suponen una ruptura de la promesa hecha por Zapatero: "Primero la paz, luego la política", una frase con la que el presidente intentaba garantizar que no habría ninguna negociación con el entorno etarra hasta que no se hubiera verificado la intención real de ETA de dejar las armas.

¿El fin justifica los medios? Es la pregunta obligada. En este caso, mi respuesta es: ¿Por qué no? ¿Cómo se va a resolver el conflicto si no es hablando con quienes son parte de esta lucha? Batasuna es una organización ilegal que da amparo a una banda terrorista. Su pasado merece la más amplia repulsa de todos los demócratas. Pero estamos obligados a escuchar sus razones si queremos que estos cuarenta años de violencia toquen a su fin. La sociedad se escandaliza cuando oye hablar de una posible legalización del partido, de un diálogo entre el Gobierno (o el PSE) y el partido abertzale,... pero, ¿de qué manera se puede llegar a un entendimiento si no es hablando? No nos engañemos: la legalización de Batasuna sería una excelente noticia. Eso implicaría que los partidarios de ETA habrían aceptado las reglas de juego democráticas, esas que establece la Ley de Partidos que se concibió como un instrumento para evitar la presencia de terroristas en la política española. No se les pide que abandonen sus ideales, sino que los defiendan con la palabra, en lugar de con las armas o la extorsión. Ese es el objetivo. Y para conseguirlo, ¿por qué no hablar con ellos?

2 comentarios:

Jose M. Sánchez "Daze" dijo...

Buen tema sí señor!!!Que, por cierto, hoy me he levantado trascendental y había pensado escribir un texto parecido, porque, como podrás pensar, ¿con quién iban a hablar si no? ¿Con el Vaticano, que no pinta nada en esto? ¿Con Marruecos? En fin, creo que no voy a poder superar tu texto así que creo que voy a pensar en otra cosa, jajaja
Saludos.

Anónimo dijo...

Hoy ya sabemos que montamos Gulags y que tenemos el mismo proyecto de ETA.

Ser socialista en España es muy emocionante: cada día te descubren una cosa nueva que no sabías cuando te miraste al espejo por la mañana.

Da hasta morbo oyes...