(Viene de abajo)
Ahora el síndrome 14-M vuelve a resurgir. Los correligionarios del PP lanzan, desde las ondas y los editoriales, nuevas sospechas sobre la versión oficial, esto es, la que salió de la comisión de investigación y la que se extrae del sumario de Del Olmo. Hasta ahora la instrucción judicial se encamina a la autoría de una célula de radicales islamistas residentes en España e influenciados por la ‘yihad’ que proclama Al-Qaeda, con vínculos con el salafismo marroquí. Pero alrededor de lo oficial, quienes no aceptaron la derrota han ido construyendo la teoría de la gran conspiración.
Primero se buscó una relación entre ETA y Al Qaeda para exculpar el intento de manipulación del PP. Pero confundieron sus deseos con la realidad, y se creyeron su propia mentira. Los indicios de esta colaboración se centraban en la amistad que un preso etarra y otro islamista trabaron en la cárcel, en la coincidencia de fechas entre la ‘caravana de la muerte’ y el traslado de las bombas del 11-M a Madrid, y en el descubrimiento de la trama asturiana, según la cual un español había facilitado a los terroristas el acceso a los explosivos. Se sembró la duda, y la teoría cuajó en muchas mentes.
Pero no parecía suficiente. Había que hacer daño al PSOE y la mejor forma de hacerlo sería relacionando a este partido con algún punto de la trama. Dicho y hecho. Se descubrió que uno de los terroristas, Almallah, era afiliado al Partido Socialista, con lo que comenzó a fraguarse la gran conspiranoia. No había que ser muy avispado para entender por dónde iban los tiros: se insinuaba sutilmente que los socialistas sabían algo de los atentados y que no hicieron nada por evitarlo. Una acusación grave, velada, pero grave. Se había abierto la veda para difundir cualquier barbaridad, para implicar a cualquiera (menos al PP, claro está) en la masacre.
Ahora el globo se ha hinchado y los límites de la cordura están desapareciendo. Las páginas de El Mundo se han convertido en el elemento más combativo. La insistencia de Pedro J. en la búsqueda de la (su) verdad (ese repetitivo “es necesario investigar más”) se está traduciendo en informaciones que echan tierra sobre la actuación judicial y la investigación parlamentaria del pasado año. ¡Claro que la obligación de la prensa es investigar para conocer la verdad, pero una investigación periodística nunca debe basarse en la especulación, sino en hechos ciertos! En realidad, la estrategia es sutil. El periódico de Pedro J. no miente, se cuida bien las espaldas. Pero hay formas más disimuladas de faltar a la verdad y entre ellas se encuentra la tergiversación. El Mundo, junto a Losantos desde su caverna matutina, da a entender que las relaciones casuales que se han apuntado arriba forman parte de una gran trama controlada por no se sabe quién. Confunden los indicios con las pruebas, las sospechas con la realidad.
La pregunta es: ¿lo confunden porque de verdad creen en lo que hacen o, por el contrario, lo que intentan es confundir a la ciudadanía? ¿No será que Pedro J. ha decidido jugar sucio en su estrategia de presión al Gobierno Zapatero? ¿O cree de verdad en la existencia del gran contubernio? En todo caso, ¿es posible que exista tal conspiración? Las dudas me asaltan.
(Mañana más... y ya está, que al final nos volveremos todos locos...)
miércoles, marzo 15, 2006
'Conspiranoia': el gran contubernio del 11-M (II)
Publicado por Mario Toledo en 18:39
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1 comentario:
Consparanoia del Partido Popular que no se llega a creer ni sus propias afirmaciones. Así, sólo basta con tener algún amigo político y preguntarle si de verdad "desconoce todavía quiénes fueron los autores del 11M". Entonces, en off the record, comentará que todo entra en una estrategia destructiva para desgastar al Ejecutivo. Pero, lo grave es que existan mentes borregas en las que estas ideas llegan a calar. En el fondo, no quiere quitarse el velo de los ojos para intentar conocer la verdad, pobres ignorantes. Muchos españoles creen lo que dice el PP aunque tengan pruebas de que es mentira. Los políticos de la oposición dicen que no negociaron con ETA Pero, ¿De verdad que ya se ha olvidado la célebre frase de 'Asnar' en la que decía que si ETA pactaba "estaba dispuesto a perdonar y ser generoso". En fin, así va el país.
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