martes, marzo 14, 2006

'Conspiranoia': sembrando la duda (I)

¿Hay alguien en la sombra?A la gente le gusta que le cuenten historias extravagantes. Siempre que ocurre algún acontecimiento aparece algún iluminado que cree ver una mano negra conspirando en la sombra para engañar a la sociedad y conseguir algún fin oculto. Somos incrédulos, desconfiados, sospechamos de todo lo que nos cuentan y nos aferramos a la primera teoría delirante que nos ofrecen. Porque nos gusta lo asombroso.

Pasó con la llegada del hombre a la Luna, de la cual dicen algunos que fue un montaje de Estados Unidos para dar un golpe de efecto en plena carrera espacial durante la guerra fría. La muerte de Elvis, otro ejemplo, será puesta en duda eternamente y no falta quien asegura haberle visto merodeando por cada rincón del planeta. También lo dicen de JFK. Más recientemente, y aquí en casa, nos pegamos al televisor asombrados cuando vimos dos figuras humanas entre las llamas del edificio Windsor, ¿eran personas o un efecto óptico?

La conspiranoia, o la paranoia que sufren quienes se apuntan en seguida a las más diversas teorías de la conspiración, ha sido una constante en la historia universal. Vemos algo oculto en todo lo que pasa. Y el 11-M no iba a ser menos. Ahora que se cumplen dos años de la masacre vuelven a resurgir las historias que apuntan a que los atentados fueron cometidos por una gran red de entidades interesadas en que el PSOE se llevara la victoria el 14-M. Si recogiéramos todas las opiniones de los conspiranoicos llegaríamos a la conclusión de que existe poca gente sobre este mundo que no haya colaborado con los terroristas en la comisión de los atentados de Madrid. Incluso tú puedes ser uno de ellos.

Recordemos: durante los días siguientes al estallido de las bombas, el Gobierno presidido en aquel entonces por Aznar se empecinó en adjudicar la autoría a ETA. El ministro de Interior, Ángel Acebes, se ponía continuamente frente a las cámaras para decir un recurrente “la línea prioritaria sigue siendo ETA”, aun cuando todas las pruebas comenzaron a reforzar la teoría de que los autores pertenecían a las redes terroristas del islamismo radical. El Corán, el tipo de dinamita, la reivindicación de Al Qaeda,... la sospecha cundió, la sociedad se movilizó (¿o la movilizaron?, no ha quedado claro) contra un Gobierno mentiroso, los políticos perdieron los papeles el día de reflexión, y los ciudadanos fueron a votar sumiendo al Partido Popular en el síndrome 14-M. Aquellos tres días de marzo no sólo fueron traumáticos para las víctimas.

(Lo siento, no he podido ser breve, así que... continuará...)

1 comentario:

Tanya dijo...

Es normal que la gente especule sobre lo ocurrido, sobre rumores, siempre ha sido así, hasta con los cotilleos. La labor de los periodistas es contrastar esa información y ofrecérsela a la opinión pública, yo no veo mal que se siga hablando del tema, sobre todo sino está claro, no lo calificaría de paranoia, sino de verificar y tratar de esclarecer datos, testimonios etcétera. Que los medios y los políticos sigan hablando, si es gratis, cada uno tiene su propio criterio para desechar lo que no le interese y creer lo que quiera.

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